El proceso de transformación digital que estamos viviendo, abarca todas las esferas de la economía, genera valor a las empresas y supone acceso a ventajas competitivas en un mercado dinámico, sobre comunicado y en constante cambio. En este ámbito, aunque la tecnología constituya un componente vital en la estrategia global de negocio de la empresa, no basta, se requiere además una serie de competencias y una visión estratégica para cambiar modelos de negocio y realizar esta transformación en este cambiante entorno.
Quienes encabecen estas iniciativas deben ser líderes que sepan lo que es importante para su organización a largo plazo y cómo comunicarlo a su gente. Aquellos equipos de dirección que no encuentren tiempo o no sepan ocuparse del desarrollo de sus competencias para dirigir sus empresas en este cambiante mundo, no serán capaces de asegurar su supervivencia. El nuevo panorama exige directivos que creen entornos que acojan el cambio, no como amenaza sino que como oportunidad. Oportunidad que – además de la contribución y compromiso humano – procede de la innovación, elemento vital en cualquier economía.
Aquí es donde nos enfrentamos con un serio problema. La innovación como ventaja competitiva para cualquier empresa, sea de la naturaleza que sea, grande, Pymes, startups…. al producir o mejorar un producto o servicio dándole un alto valor diferencial, facilita su posicionamiento en un nivel privilegiado respecto a su competencia. ¿Pero quién se hace cargo del liderazgo y dirección de estas responsabilidades en la empresa?. No cabe duda que esta interrogante constituye todo un desafío para heahunters y directores de innovación digital, sobre todo en los momentos actuales.
Aquí es donde ha comenzado a abrirse paso una nueva competencia para trabajar en la era digital, el Corporate Venturing, modelo de innovación híbrido que combina acciones de investigación empresarial con lo mejor del ecosistema actual de emprendedores y startups. Se centra en la incubación y aceleración de nuevos negocios para extender oportunidades y resultados. Es un modelo innovación corporativa que permite a grandes empresas y a startups colaborar de forma conjunta para lograr objetivos comunes. Una relación win win, en la que las empresas utilizan el poder de las startups y estas hacen crecer sus proyectos a través de las corporaciones.
Históricamente la colaboración entre corporaciones y starups puede adoptar diferentes formas. Pero los resultados revelan una interesante tendencia: las innovaciones vienen más rápidamente del exterior de las corporaciones y no de su gestión interna. En lo que a España respecta figuran los casos de Telefónica con Open Future, Banco de Sabadell con Bstartup, Mercadona con Lanzadera, etc.
Este método busca fomentar un sistema de innovación abierta y se ajusta a la tendencia innovadora y actual de Open Innovation (Innovación abierta), a través del cual las empresas buscan innovación y talento, ya sea dentro como fuera de sus organizaciones y donde la cooperación con profesionales externos pasa a tener un papel fundamental.
Los datos facilitados por el Boston Consulting Group revelan que el ROI de las empresas que utilizan Corporate Venturing en sus procesos de I+D es de un 2,6% superior a la media. Aunque en España es todavía es un proceso muy novedoso, en Estados Unidos más del 57% de las empresas ya lo han incorporado como una metodología más. Ante este nuevo y rápido modelo de innovación, las empresas españolas están demando un nuevo perfil de expertos en esta materia para reforzar esta área de innovación, que trae un poco de cabeza a los expertos en reclutamiento para detectar: el nuevo director de Corporate Venturing y Open Innovation.

“Las empresas españolas están exigiendo este nuevo perfil de directivo capaz de llevar a cabo este emprendimiento corporativo de innovación abierta, alguien con un curriculum complejo, un perfil sofisticado y escaso en España. Debe poseer además, características muy concretas, como una amplia visión de negocio y creatividad, para pensar nuevas soluciones, una fuerte capacidad analítica para tomar decisiones cuantitativas, conocimiento de la gran empresa, alta capacidad de aprendizaje y adaptación a situaciones cambiantes e inesperadas, experiencia a vivir con la incertidumbre y ser completamente autónomo hasta conseguir los apoyos necesarios”, indica Isabel Martinez-Monche, directora general de estrategia de negocio de BeRepublic, consultora y desarrolladora de negocio digital.
No hay que olvidar que al existir muchas procedencias en este perfil, “dependerá del propio candidato y la experiencia que tenga. Por ejemplo, aquellos que vengan de banca de inversión, consultoría, y que además posean experiencia probada en tech, suelen estar muy bien remunerados y buscados internacionalmente”.
Un ejemplo. Un nuevo cargo directivo con un sueldo de entre 100.000 y 200.000 euros, y con bonos que pueden llegar al 100% del sueldo, en algunos casos puede remunerarse con phantom shares y stock options (sistemes de retribución variable), aunque variará según “lo estratégica que sea la división, lo que implica el nivel de inversión de la empresa, la estrategia escogida y la complejidad del sector en base al nivel de disrupción, ya que no es lo mismo en automoción, donde la disrupción es alta, que en gran consumo, donde es baja”.
Las características del nuevo perfil directivo de Open Innovation y Corporate Venturing son:
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